La Carpintería del pueblo en los 90: De azahares y milagros (parte tres)

Por J. Reydecel Calderón O.

Trabajaba ese día soleado en el banco de madera que está al fondo del taller, ensimismado apenas alcancé a ver que alguien entraba por la puerta grande del taller abierta de par en par; con paso firme y marcado avanzó hacia mí:

—¿Qué haces?

—Solo termino este buró

—Y, después?

—No sé…pienso que quizá me deba de ir ya de este lugar…

—No…tus amigos nos hemos ido; pero confiamos en ti… ¡sigue adelante..!

Dio media vuelta y se fue, sin saludar y sin decir adiós, era Kuata, nuestra

Kuata Pérez…

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La carpintería de los años 80: su abc y adn (parte 2)

Por José Reydecel Calderón O. 

A medio día se cerraba el portón de madera del taller porque durante una hora  sería la red de la portería de futbol mientras jugábamos tercias a lo largo y ancho de la calle 42 y acueducto; deteniendo un poco el balón para que pasara un carro, o para que pasara una señora cargando su niño o llevando las tortillas de maíz de la tortillería contigua. Un balón largo de casi 20 metros de distancia rebotaba sobre el portón y a veces caía en el jardín de rosas y violetas de nuestra vecina viejita de enfrente; uno de nosotros debía de atreverse a pedirle que nos lo devolviera de buena manera, tardaba un poco, pero al fin nuestra  vecina  aparecía con una cara de  impaciencia  y de ya basta, y lo regresaba hacia el lado distinto del que lo pedía; injusto el momento, pero se repetía día tras día. Amigos de nosotros acudían con regularidad a la hora de jugar la cascarita. Sobre el pavimento de la calle, en el cordón de concreto o en los camiones estacionados se estrellaban los huesos de nosotros y los balones: más de una vez y más de unos de nosotros se fracturó un pie, una pierna, o se abrió la cabeza. Sudorosos, jadeantes, colorados, o pálidos, con camiseta o con el torso desnudo, volvíamos a las labores del taller, hacíamos fila para ir a tomar agua, nos secábamos el sudor y de nuevo abríamos de par en par el portón; el portón verde que ahora tenía una franja transversal blanca para marcar la altura reglamentaria de una portería de futbol.  La edad media de los integrantes del taller rondaría entonces en los 22 años de edad. Los máistros maestros mayores jugaban con ánimo. Las jóvenes de ventas y de la oficina, las bellas jóvenes, nos echaban porras desde la banqueta.

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Carpintería de La Mueble en los ochenta: su abc y adn (parte 1)

Por J. Reydecel Calderón O.

Primera parte | 5/8 + 5/8 = 1 ¼”, no igual a 10/8, según la cinta de medir basada en el sistema que parte de la unidad de pulgada; es una operación que al principio se hace lenta y después se hace con la rapidez de la memoria y la costumbre. Para calcular el piezaje de una tabla se multiplica, el espesor: 1” X el ancho: 12”, X el largo: 96”, nos da:  1 152 “, que hay que dividir entre 144, para que se haga cúbica la medida, nos da: 8´piés cúbicos tabla. Pero para hacer sencilla la operación sin necesidad de un lápiz y papel, se hace así: 1x12x8, igual a 96”, entre 12”, igual a 8 piés cúbicos tabla. Para comprar la madera  hecha tabla primero hay que calcular las medidas en base a lo que vamos a hacer, después cuidar que la madera esté lo más seca posible y derechita, sin botones, y saber la calidad y modo de expresarla, la dos y mejor es calidad de exportación; la número tres, es buena, no excelente, pero muy apta para hacer muebles; la número 4 es de mala calidad, pero si está recta es  útil para hacer bastidores que luego se cubren con paneles de triplay o de otros .

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