Celebrar la celebración
Por Francisco Xavier Ortiz
Ir a la carpintería y pasar al lado de un serrucho eléctrico aserrando con su intenso ruido me sigue causando un discreto escalofrío que pronto pasa, pero que siempre ocurre. Es claro que el recuerdo de la niñez cuando perdí el índice de la mano izquierda en una sierra eléctrica, permanece… ¡cómo olvidarlo…!
Y sin embargo esa sensación siempre es superada cuando se aprecia todo el entorno que implica el trabajo y los resultados de un taller donde se desempeña el honorable oficio de la carpintería.